Las destructoras de papel modernas vienen en toda clase de modelos y tamaños diferentes. Hay diferentes capacidades de papeleras, diferentes capacidades de alimentación (es decir, cuántas hojas se pueden introducir a la vez), modelos en los que hay que introducir el papel a mano y otros en los que se puede dejar una pila y te hace el resto automáticamente.

En términos generales, todas estas diferencias están ahí para ofrecer opciones, para satisfacer una serie de necesidades en diferentes entornos. Desde las destructoras de papel domésticas más pequeñas, diseñadas para manejar sólo unas pocas hojas a la vez, hasta los modelos comerciales más grandes para grandes oficinas que pueden triturar cientos de documentos al día, hay una destructora de papel que hace exactamente lo que tu necesitas.

Independientemente de dónde utilices una destructora de papel o del volumen de destrucción que necesites, hay, sin embargo, un requisito que es cada vez más consistente en todas: la necesidad de cumplir con un estándar mínimo de seguridad.

Protección de datos: no es sólo una cuestión digital

Desde la introducción del RGPD y otras normativas de protección de datos en todo el mundo, se ha puesto el foco en cómo las organizaciones cuidan y utilizan los datos personales y privados de las personas. Se presta mucha atención a la gestión de los datos digitales. Pero si se leen los términos del RGPD, no se menciona que una violación de datos digital sea diferente a una violación "física".

Si dejas una hoja de papel con los datos de un cliente o un empleado en una cafetería, un restaurante o un centro de conferencias, incluso si la tiras en una papelera por la que, en teoría, cualquiera podría pasar y hacerse con esos datos, habrás cometido una violación de datos que puede ser tan costosa como no proteger adecuadamente una base de datos de clientes o copiar a la persona equivocada en un correo electrónico en el que se comparte información sensible.

Las organizaciones han tenido que mejorar la protección de datos en todas sus formas, incluida la forma en que se manejan y eliminan los documentos en papel que contienen información personal. Esto ha desencadenado una renovada atención a la destrucción de papel. Uno de los cambios es que ahora se acepta de forma generalizada que existe una norma mínima sobre el grado de "seguridad" que debe tener la destrucción de documentos para que se considere que cumple con el RGPD.

Esta cuestión de la seguridad de las destructoras de papel se reduce al tipo de corte que elijas.

Destructoras de corte en partículas y protección de datos

El tipo de corte de una destructora de papel describe la forma en que funciona el mecanismo de corte para triturar las hojas. Hay tres tipos básicos. El primero (literalmente ya que era el tipo de corte original) se conoce como corte en tiras. Las cuchillas giratorias de las destructoras de tiras están colocadas de manera que cortan en una sola dirección (longitudinalmente), produciendo tiras de papel largas y finas.

El segundo tipo de corte, el corte en partículas, tiene las cuchillas colocadas de manera que cortan a lo largo de la hoja de papel y también a lo ancho. El tercer tipo, el microcorte, es en realidad el mismo principio que el corte en partículas, sólo que las cuchillas están mucho más juntas, por lo que se obtienen cortes mucho más pequeños.

En la búsqueda de la destrucción segura de papel, como más pequeño mejor. El objetivo es dificultar al máximo que alguien pueda recomponer y, por lo tanto, leer un documento una vez destruido, evitando así que cualquier información sensible llegue a quien no debe. Se puede utilizar la analogía de un puzzle: cuantas más piezas, más difícil es completarlo. Con los documentos triturados, esta mayor dificultad se traduce en una mayor seguridad.

En la era post-RGPD, las destructoras de tiras ya no se consideran adecuadas para la eliminación segura de datos. Una destructora de tiras sólo corta una hoja en unos 40 trozos. Un puzzle de 40 piezas no es tan difícil de montar, si se tiene la suficiente determinación para leer lo que hay en él.

Las destructoras de corte en partículas cortan hojas individuales en cientos de trozos.

El corte en partículas se considera el umbral para la eliminación adecuada de los datos. Si se trata principalmente de documentos que contienen datos personales estándar -nombres, direcciones, correos electrónicos, fechas de nacimiento, etc.-, una destructora de corte en partículas te será muy útil. Hay que tener en cuenta que, en cuanto se tritura más de una hoja, los cientos de trozos cortados de cada una se entremezclan en la papelera, por lo que el nivel de seguridad se multiplica en cuantas más hojas se trituran.

Las destructoras de microcorte, por lo contrario, son las más indicadas si realmente se quiere extremar la seguridad de los datos de los documentos financieros, legales o comerciales sensibles.

Tipos de destructoras de corte en partículas

Dado que la necesidad de eliminar documentos de forma segura es ahora casi universal, se pueden encontrar destructoras de corte en partículas en toda la gama Leitz IQ. Nuestras destructoras manuales incluyen modelos de corte en partículas que van desde los modelos supercompactos para uso personal o de oficina en casa, que encajan perfectamente y de forma discreta bajo el escritorio, hasta los modelos de oficina de gran tamaño con papeleras de hasta 30 litros, perfectos para entornos en los que el papeleo se destruye regularmente a lo largo del día.

Para las organizaciones en las que el volumen de destrucción requerido es mayor, suministramos modelos de alimentación automática de corte en partículas que pueden manejar hasta 600 hojas a la vez.

Un concepto clave que hay que recordar aquí es que el tamaño y el volumen de la destructora, o si se trata de un modelo de alimentación manual o automática, no influyen en el nivel de seguridad que ofrece. Dado que el mecanismo de corte básico es el mismo, una destructora personal de corte en partículas de seis litros de capacidad eliminará tus documentos con la misma seguridad que un modelo de alimentación automática de 110 litros. Ambas cortan las hojas individuales en el mismo número de trozos, que es en definitiva a lo que se reduce la protección de datos de las destructoras de papel.